La Naturaleza tropieza

Un caso tan insólito como éste solo ocurre una vez cada varios millones de corderos alumbrados pero lo cierto es que este pobrecito animal cuenta con siete patas. El extraño nacimiento ha tenido lugar en una granja de Methven, cerca de Christchurch, en el centro de la isla de Nueva Zelanda. No es el primer caso de un animal nacido con algún tipo de curiosa malformación. En Cisjordania nació un ternero con dos cabezas; en Estados Unidos murió con ocho años una extraña serpiente con dos cabezas; en España hace unos meses se dio el caso de un gato con dos caras. En fin, cosas de la Naturaleza. Esperemos que el corderito no tropiece demasiado y sea el más veloz de su prado.