La historia viene ya de bastante lejos, concretamente corría el 29 de enero del año 1992, cuando un cargamento de patitos de goma salía de Hong Kong rumbo a Tacoma, en el estado de Washington, EE.UU. Eran 29.000 piezas; toda una armada de patos amarillos, tortugas azules, castores rojos y ranas verdes, que durante una tormenta naufragaron en medio del Océano Pacífico. (Al parecer, el contenedor en el que viajaban chocó con otros terminando por abrirse y alcanzando así la superficie.) Desde entonces, son los patitos que más distancia han recorrido en alta mar, sobreviviendo a mares embravecidos, devorados por tiburones y aguantando innumerables tormentas, encomendados sin más a los designios de Neptuno en una Odisea sin parangón en la Historia.
Curtis Ebbesmeyer y James Ingraham, dos oceanógrafos estadounidenses, han dedicado tiempo, esfuerzo y dinero en estudiar las corrientes marinas para determinar hacia dónde se dirigirán estos simpáticos animalillos.
La armada de plástico se dividió en dos y envió parte de su escuadrón (unos 20.000 patitos) hacia las costas de Australia, Indonesia y Chile. El resto de soldados de goma lucharon contra los elementos atravesando el estrecho de Bering (entre Alaska y Siberia), helándose en el Ártico y navegando a contracorriente por las costas americanas (se han llegado a localizar patitos hasta en Hawai). Ahora han llegado a Europa ya que Penny Harrys, una profesora jubilada de 60 años, encontraba este pasado 14 de julio el primer patito perdido arribado a las costas británicas.
(Encontrarse con un patito de goma con la marca de la empresa que los fabricó puede resultar más rentable que seguir probando suerte con la lotería. Hace cuatro años, First Years ofrecía hasta 100 dólares por patito recuperado en Canadá, Islandia o Estados Unidos pero ahora en eBay se pagan hasta 1.500 euros por cada náufrago amarillo.)
Han recorrido más de 27.000 kilómetros, pero aún les quedan fuerzas para nadar un poco más y, según las previsiones, una delegación de patitos de goma está a punto de llegar a la Costa da Morte, en España, para disfrutar del verano en el litoral gallego.
Curtis Ebbesmeyer cuenta en su web los estudios que lleva a cabo para intuir los movimientos de los patitos, que han llegado a patrocinar un famoso anuncio de automóviles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario