La tortuga patinadora

Arava es una tortuga africana gigante de 10 años que sufre una parálisis en las patas traseras pero gracias a que los cuidadores del zoológico bíblico de Jerusalén, donde vive, le idearon una estructura metálica con ruedas (al estilo monopatín) para que pueda arrastrarse cómodamente por el suelo, "ha vuelto a andar", lo que le ha permitido encima encontrar una pareja con la que ha podido aparearse, un macho de 10 años, que siempre está detrás de ella, cautivado e intentando seguir su ritmo.

La tabla va encajada a su caparazón lo que le ayuda a moverse con suma facilidad y está lejos de ser una molestia para una tortuga de 25 kilos de peso que se ha convertido en toda una atracción para los visitantes del zoo que pueden ver cómo el animal anda a sus anchas por su jaula y sin mucha dificultad.