Es un cerdo aunque parece una oveja. Su hocico, sus orejas y patas reafirman su identidad porcina. Es un cerdo de la variedad Mangalitza, una criatura en extinción que vive en un zoológico de Gran Bretaña. Originario de Austria y Hungría, el animal fue entregado al Zoo como parte de un programa para reanimar la reproducción de esta curiosa especie, ya que son numerosas las ventajas de disponer de su lana para protegerse del crudo frío en su lugar de origen.
Estos animales son parientes lejanos de los Lincolnshire Curly Coat ("cubiertos de rizos") que se extinguieron en Reino unido sobre el año 1972. Y si te gusta y quieres tener uno en tu hogar o granja tendrías que desembolsar poco más de mil euros (o lo que es lo mismo, cinco veces más que por un cerdo común).
En Estados Unidos ya encontraron un filón comercial para su pelo que conserva las burbujas de aire bajo el agua, por lo que los pescadores lo usan para atar las moscas que usan como carnada.
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