He aquí la radiografía de cuatro bolas de golf en el intestino de una serpiente pitón de 80 centímetros de longitud, que fue encontrada el mes pasado por una pareja en Nueva Gales del Sur, Australia. (En la imagen que sigue se aprecian perfectamente los bultos causados por las cuatro pelotitas.)
La pareja se ve había puesto las bolas de golf en su gallinero para motivar a sus gallinas a que incubasen huevos -desconozco la efectividad de tal artimaña- pero entonces apareció esta serpiente y, pasándose de lista, se tragó las bolas. Ahora ha tenido que ser sometida a una operación para sacárselas porque mucho me temo que el ardor de estómago de tan opípara comida, con sal de frutas y en este caso, no desaparece.
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