Tiene tan sólo un ojo, tres piernas y está enfermo de cáncer, o sea, todas las papeletas para que Gus, que así se llama, se haya coronado como el Perro más Feo del Mundo en un festival estadounidense, en California.
Jeanenne Teed, la propietaria de este pequinés, comenta que pretende gastarse los más de mil dólares del premio en un tratamiento para curar la enfermedad de su mascota.
La competición, con 20 años de antigüedad, es todo un éxito según sus organizadores, donde en ediciones pasadas el premio le fue concedido a animales que habían sido abandonados por sus amos.
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