Max, un jabalí salvaje, se perdió cuando todavía era un lechón y fue a parar a la granja de la familia Kuhla, una parcela de mil metros cuadrados en Spremberg (Alemania), donde el animal, que en la actualidad pesa 160 kilos, continúa viviendo.
Guenther Kuhla -el hombre que alimenta a Max en la imagen- ha pedido un permiso especial para poder conservar a su mascota cuya comida favorita es un pastel de semillas de amapola y la comida para gatos que come directamente de una cuchara.